miércoles, 29 de octubre de 2008

ANTIGUOS MAYORAZGOS EN VELHOCO (LA PALMA): LAS ERMITAS DE SAN VICENTE FERRER Y NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD EN SUS HACIENDAS


Escudo heráldico de don Miguel de Abreu


Los mayorazgos fueron instituciones típicas del derecho civil, dirigidas a la conservación de grandes propiedades vinculadas a la perpetuidad y lustre de un apellido familiar, con ciertas condiciones sucesorias previstas en el documento fundacional, que tuvieron plena vigencia durante el Antiguo Régimen hasta su abolición legislativa mediado el siglo xix.
Presentamos en estas líneas dos mayorazgos, distantes en el tiempo pero cercanos geográficamente (Velhoco); ambos con ciertas similitudes, entre las que cabe citarse su facultad Real y la inclusión de sendas ermitas cuyos respectivos promotores pertenecían al estamento militar.
Se trata de un trabajo cuya única pretensión es la de ampliar conocimientos sobre aspectos de los que ya otros autores se han ocupado con anterioridad[1]. Véase —en consecuencia— como lo que en realidad es: una pieza más en un inmenso y complejo puzzle, un cromo coloreado en ese álbum siempre incompleto que es la historia de los hombres y las mujeres, de sus actos y de sus obras.


LAS TIERRAS DE VELHOCO Y LA HACIENDA DE SAN VICENTE

A principios del siglo xvi se estableció en La Palma el flamenco Jácome de Monteverde (1472-1531) con su esposa, Margarita Pruss, acumulando cuantiosas propiedades fruto del comercio azucarero, entre ellas, las haciendas de Argual y Tazacorte y las tierras de Velhoco.
Se cuenta que en 1524 se dirigía Jácome de Monteverde hacia su heredamiento de Velhoco, cabalgando en compañía del bachiller Diego de Funes «cuesta arriba viendo la mar y a la altura que la tierra hazía», cuando éste último exclamó ante la belleza del paisaje: «en un principio Dios creó el cielo y la tierra», a lo que Jácome respondió espontáneamente para su infortunio: «¿Quién lo vio?». Éste y otros comentarios similares, además de su relación con extranjeros a los que recibía en su casa, y su escepticismo sobre las indulgencias, la castidad de los clérigos, el valor de los sacramentos o la santificación de las fiestas[2], le colocaron en situación de sospecha ante la Inquisición, siendo finalmente acusado y procesado por el santo tribunal el 9 de abril de 1530.
A su muerte, acaecida en 1531, quedaba indivisa una de las más vastas fortunas unipersonales de su tiempo, que fue objeto de partición entre sus hijos y herederos en 1557: don Melchor, don Diego, don Juan, don Miguel y doña Ana, aunque con anterioridad ya los propios hermanos hubiesen hecho traspasos de sus legítimas, como se deduce de la ratificación de venta efectuada el 13 de enero de 1554 por importe 300.000 maravedíes que don Juan de Monteverde hace a don Diego de Monteverde, su hermano, de su quinta parte, en la que se describe de manera extensa la propiedad de viñas de Velhoco y sus linderos, tanto del camino hacia arriba como del camino hacia abajo:

«con todo el arbolado de agro y de otros frutales de cualquier suerte que en dichas viñas estaban plantadas; las casas bajas y dobladas, así de aposento como de bodegas, casas de gente del servicio de las heredades, de piedra, barro y teja, como casas pajizas y de otros cualesquier edificio que allí estuviesen; los lagares, tinas y aparejos de ellos, de los cascos, pipas, botas, toneles, cuartos, barriles y otras cualesquier vasijas y herramientas así para labor como para el servicio de las viñas, una bestia asnal que la heredad se servía, 4 esclavos negros, Lucas, Miguel, Bartolomé y Rafael, de 35 o 40 años, quienes en dicho tiempo servían en la heredad. Todo ello lindante por una parte con viñas de Gonzalo Rodríguez de la Somada y de la mujer e hijos de Gonzalo Pérez, regidor, y con viña y tierras de Diego García, asimismo regidor, difuntos; por la otra parte con viña que dicen de los herederos de Anrique Alvarez de Fuentes, y viña y tierras de Diego de la Calzada, tonelero, por arriba con la sierra y la cumbre mas alta, y por abajo con el camino real que va a Buenavista por Velhoco, al término que dicen de las viñas, derecho a El Río. El pedazo de viña que está de este camino para abajo, tiene por linderos de la parte de arriba el camino y de abajo la corriente del agua del barranco de Juan Mayor, por un lado viña del bachiller Pedro Espino y por el otro lado el referido barranco y frontero de los riscos de la viña de Diego Sánchez de Ortega, que fue de Francisco de Mesa, como las tierras y Cuevas que están debajo de estos linderos, así aprovechadas como por aprovechar»[3].

Se comienza a producir en ese momento una progresiva fragmentación de la hacienda, sólo mitigada por la acción aglutinante de los mayorazgos, con lo que nos referiremos sólo a la parcela bien definida por la construcción de la ermita de San Vicente en 1723. Así, en el inventario de bienes practicado en las casas de doña Ana Espino Moreno[4] (1576-1640), viuda del capitán don Melchor de Monteverde, entre las propiedades, se encuentra:

«Una heredad de biña con sus casas lagar y tanque en el termino de beljoco que son bienes dotales de la dha doña ana espino moreno, y linda por una parte con biña del cappan don diego veles de ontanilla y por otra parte con viña del me de campo nicolas massieu y los herederos de blas lorenço y por arriba biña de doña maria de Liaño y por abajo Camino Real»[5].

Doña María de Monteverde, hija menor de don Melchor de Monteverde y doña Ana Espino Moreno, casó en Santa Cruz de La Palma el 25 de septiembre de 1629 con don Santiago Fierro Bustamante[6], natural de Medina del Rioseco (Soria), de cuyo matrimonio sólo procreó un hijo: don Juan Fierro Monteverde (1630-1694), pues problemas posteriores al parto derivaron en un fatal desenlace de la joven madre. Don Santiago Fierro, viudo, retornó a tierras peninsulares donde contrajo nuevas nupcias con doña Isabel de Ozaeta, hija del contador Juan López de Ozaeta[7], mientras que el pequeño Juan fue amparado por su abuela, doña Ana Espino —bajo la tutela y curaduría de Jácome de Brier—, hasta la muerte de aquella en 1640, recibiendo en herencia la hacienda de Velhoco a la que profesaba especial cariño. Según relataba don Santiago Fierro en su testamento (1648), refiriéndose a su hijo adolescente: «esta goçando la haçienda que eredo de sus aguelos y la que yo tengo en la dha Ysla»[8].
Al paso de los años, el capitán don Juan Fierro Monteverde —que había heredado el oficio de regidor perpetuo de su padre— y su esposa doña Tomasa de Espinosa Boot y Valle, instituyen un mayorazgo con facultad real sellada en Madrid el 15 de noviembre de 1671 en el que se incluía:

«una propiedad de viñas y Malvaçia y tierras de pan sembrar en el termino de beljoco con cassas lagar y tanque que io el dho Dn Juan Fierro herede de Doña Ana Espino mi abuela y linda por arriva tierras del capitan y sargento mayor Don Juan Velez de Ontanilla que dizen de Cubilla, por avajo Camino Real que ba para el barranco de las Nieves, por un lado propiedad de viñas y tierras de Don Nicolas de Sotomayor Topete Regidor de esta Ysla y por el otro viña y tierras de Don Nicolas Massieu de Vandala y Rants, y viña y tierras de Margarita franca viuda de Julian Felipe»[9].

En el mismo documento se impone que los sucesores han de llevar los primeros apellidos de los fundadores: «Fierro» y «Espinosa», y traer las armas derechas del «primero del apellido fierro y aiendo las armas qe le corresponden en el mas perminente lugar y despues del apellido de Espinosa».
Se observa en las descripciones del siglo xvii la importancia del cultivo de las viñas en la época de su máximo esplendor, no en vano era ésta una de las comarcas de mayor tradición vitivinícola.
El mayorazgo recayó en don Francisco Ignacio Fierro Monteverde, que incrementó con nuevas adquisiciones su rico patrimonio personal y familiar[10], erigiendo, como veremos, una ermita a la advocación de San Vicente Ferrer que, en adelante daría nombre a la hacienda de Velhoco.
Una vez promulgadas las leyes que dejaban sin efecto los mayorazgos y vínculos, el último de los poseedores fue don José María Fierro y Fierro de Espinosa Boot Santa Cruz Torres y Silva[11], capitán de milicias y alcaide del castillo principal de Santa Catalina y Diputado Provincial. Nació en Santa Cruz de la Palma el 20 de febrero de 1791 y falleció en la misma ciudad el 22 de junio de 1876, aunque residió durante varios años en Santa Cruz de Tenerife. Como poseedor del vínculo era asimismo Patrono de la ermita, si bien no ejercía, por lo general, el cargo a título personal, sino a través de su apoderado, don Nicolás Molina Fierro, su primo, que le representaba en los asuntos de La Palma.
A su muerte la hacienda de San Vicente fue adjudicada a sus hijas doña Luisa y doña Josefa Fierro Vandewalle, en partición aprobada por la autoridad judicial ante el notario don Manuel de las Casas Bethencourt en Santa Cruz de Tenerife por auto de 5 de diciembre de 1881 y protocolizada en La Palma ante el notario don Mechor Torres Luján un día después.
Las mencionadas sus hijas doña Luisa y doña Josefa Fierro Vandewalle, esta última esposa de don Luis Vandewalle y Quintana, marqués de Guisla, su primo hermano, (domiciliados todos en Santa Cruz de la Palma en la calle de Santiago nº 2), deciden vender en 1890, con pacto de retroventa, la finca a don Antonio Díaz González, labrador, procedente de Puntallana quién, habiendo hecho fortuna en Artemisa (Cuba), decide establecerse en «Las Tierritas» (Velhoco), en precio de 12.000 pesetas.[12] En la escritura se hace constar que la finca rústica se encuentra gravada con una hipoteca de 10.000 pesetas a favor de la sociedad regular colectiva «Viuda e Hijos de Juan Yanes», y que, tal como estableció el fundador, la ermita de San Vicente «como lugar religioso y dedicado al culto, no se entiende ni se comprende enajenada».
Dos años después, el 8 de febrero de 1892, ante don Cristóbal García Carrillo, el comprador vende la misma finca a don Luis Vandewalle Quintana en 12.500 pesetas, especificándose en el documento que no se ha ejecutado el pacto de retroventa. El día siguiente, ante el mismo notario, don Luis Vandewalle Quintana, vuelve a vender la finca a don Felipe de la Cruz Rodríguez, vecino de Breña Baja en 14.410 pesetas, con ciertas condiciones, entre ellas, que el comprador no entraría en la posesión y disfrute de la misma hasta el día 10 de febrero de 1893, algo que ni si quiera tuvo la ocasión de suceder, pues don Felipe de la Cruz, por escritura ante don Manuel Calero Rodríguez (28 de julio de 1892), manifiesta ser:

«dueño de una hacienda de pan sembrar y arboles llamada de San Vicente que mide veinte y una fanegadas y cinco almudes y tres brazas, o sean cinco hectáreas, cuarenta y dos áreas y treinta y seis centiáreas, situada en el pago de Veloco, termino municipal de esta ciudad, contiene una ermita dedicada a San Vicente que da nombre a esta finca y una casa de dos pisos, y linda por Norte barranquera que la separa de tierra de don Juan Hernández García, Don Miguel Francisco Martín y otros, por Sur con barranco de los Espinos, por el Naciente con cima de riscos altos que sirven de limite a una propiedad de Don Pablo Guerra Brito y por el poniente con camino público».

Y, por tanto, don Felipe, en tal condición de dueño, vende finalmente la propiedad a don Antonio Díaz González, en la misma cantidad en que él la había comprado (14.410 pesetas).


LA ERMITA DE SAN VICENTE FERRER Y SU FUNDADOR

Don Francisco Ignacio Fierro Monteverde, sargento mayor y familiar del Santo Oficio. (1669-1748) nació en Santa Cruz de La Palma el 21 de mayo de 1669, hijo del capitán don Juan Fierro Monteverde, regidor perpetuo, del que hemos hablado, y de doña Tomasa de Espinosa Boot y Valle.
En su juventud cursó estudios en la Universidad de Salamanca, como se deduce del testamento de sus padres en el que éstos declaran:

«aver despachado al dho Frco Ignacio Fierro y Espinosa nuestro hijo a mas tiempo de tres años para que pasase a sus estudios en la Universidad de Salamanca, y en el dinero que llevo quando hizo el viaje, y el que se le ha remitido despues con los intereses de las letras le emos asistido con diez y nueve mil Rs de plata corriente hasta aquí, mandamos que de esta cantidad y de la demas que le remitiremos para acabar sus estudios en dha Universidad y asimismo de pasante en Madrid no se le haga cargo por quenta de sus legitimas y herencias que de nuestros bienes a de aver»[13].

Casó con doña Luisa Antonia de Torres y Santa Cruz, hija del sargento mayor don Cristóbal de Torres Ayala y doña Luisa de Silva y Santa Cruz, pese a no contar con el beneplácito de los familiares[14], presumiblemente debido a las grandes diferencias económicas que les separaban. De su matrimonio tuvieron por hijos al sargento mayor don José Gabriel Fierro y Torres, el doctor don Juan Fierro y Torres, el doctor don Cristóbal Fierro y Torres, don Santiago Fierro y Torres y doña Mariana Fierro y Torres.
Don Francisco Ignacio Fierro logró reunir, por compras anexas, una gran propiedad en Breña Baja en la que hizo construir una magnífica casona, devastada por un incendio en fechas recientes. Testó el ínclito el día 3 de noviembre de 1748 ante Andrés de Huerta Perdomo y sus herederos practicaron una partición el 24 de diciembre de 1778, siendo protocolizada ante Bernardo José Romero el 27 de agosto de 1779.

Habiendo determinado erigir una ermita[15] en su hacienda de Velhoco, el sargento mayor don Francisco Ignacio Fierro y Monteverde solicitó la pertinente licencia a la autoridad eclesiástica, que le fue concedida por el Iltmo. Sr. Obispo de Canaria don Lucas Conejero de Molina con fecha 23 de octubre de 1722. Por escritura otorgada en Santa Cruz de la Palma el 3 de julio de 1723 se obliga por sí y por quien sucediere en el Patronato de la ermita y posesión de la heredad, a mantenerla reparada y con la decencia necesaria para celebrar en ella el sacrificio de la Santa Misa. En el documento se alude a que la obra se encuentra finalizada y presta para ser bendecida, hecho que aconteció el 14 de julio de 1723, coincidiendo con la primera visita efectuada por don Mateo Fernández de la Cruz Piñero, Beneficiado de la Parroquia de El Salvador de la ciudad y Vicario de la Isla, quien bendijo el templo entronizándose en esa fecha la imagen titular.
En su testamento otorgado en 1748[16], el fundador declara «...q en la Hacienda de Veloco vinculada emos plantado toda la viña de Malvª q oy tiene, cercandola y aparedonandola, reedificando y hecho de nuevo, en la mayor parte la lossa de la vivienda y fabricado desde simientos una Hermita dedicada a nro. Gran Patrono Sn Viçente Ferrer con sacristia y Gabinete y todo lo neceçario para el culto divino...». Asimismo, por este instrumento, cede la ermita a la Parroquia en los siguientes términos: «...y pr çeder dha Hermita y obra en beneficio común de aquel Pueblo y genl deboçion de muchos q viçitan al glorioso Sto en ella; emos hecho dictamen y orden q pr esta rason no se le cargue cosa alguna...».

La construcción, hoy en día totalmente desvinculada del que fue su bellísimo y rústico entorno, es sobria y austera, con muros de mampostería, techumbre con estructura de par y nudillo y cubierta a tres aguas. La fachada es simétrica, siguiendo el canon arquitectónico de las ermitas palmeras: puerta con arco de medio punto sobre la que se sitúa un balcón al que se accede desde el coro (construido en 1866 por suscripción vecinal) y pequeña espadaña en el vértice superior con un solo vano[17]. El interior cuenta con dos altares: el mayor con retablo que data de la segunda mitad del siglo xviii, y el del evangelio, con talla neoclásica que representa la Virgen del Pino, de mediados del siglo xix y origen catalán[18].

EL SANTO Y LA FIESTA

Todo indica que la primitiva talla de San Vicente Ferrer que antaño presidió la ermita de Velhoco, se trasladó a la iglesia de Nuestra Señora de la Luz y San Telmo, siendo con fecha ignorada sustituida en su lugar de origen por otra talla homónima, que se custodiaba en el Convento de Santo Domingo de Santa Cruz de La Palma, atribuida por sus características a Fr. Marcos Guillén, oriundo de Teguise, autor de varias tallas alusivas al santo, y que trabajó en la Palma durante los primeros años del siglo xviii[19]. La imagen del santo luce sus mejores galas durante las fiestas a celebrar cada año el último domingo de agosto, destacando entre sus ornamentos el magnífico rosario con cuentas de ébano engarzadas en oro y esmaltes, donación de doña Dolores Vandewalle y Fierro (Fundadora del Convento del Cister en 1946, y tataranieta del fundador de la ermita) en 1920, siendo rector del Santuario Insular don Crispín de Paz y Morales[20]. Sobre los enseres del templo remitimos al capítulo iv publicado por la «Patrulla Misión Rescate» en 1981[21].
La transformación del entorno de la ermita ha despojado a la fiesta de su antiguo sabor rural; una mezcolanza de colores, sonidos, olores y sensaciones que ya no es posible recuperar. La celebración era recibida cada año como un broche final al calendario lúdico estival, como uno de los últimos puntos de encuentro entre los vecinos del barrio —protagonistas activos en la organización de los festejos desde tiempo inmemorial— y los veraneantes habituales y ocasionales que ya por esas fechas comenzaban a dispersarse siguiendo la costumbre de todos los años.
Nos parece ilustrativo un programa correspondiente al verano de 1955[22] —una de las décadas de mayor esplendor— que adjuntamos como buen ejemplo:

Día 27 a las 12 de la mañana, descarga de voladores y repique de campanas.
A las 7 de la tarde gran porfía de versadotes cubanos.
A las 10 de la noche, grandiosa quema de fuegos naturales y cabalgata
Día 28 a las 5 de la mañana, alegre diana.
A las 11, solemne función religiosa con procesión por los sitios de costumbre.
A las 3 de la tarde Gran Luchada Canaria entre los Pollos de Velhoco y Dehesa.
A las 4, juego de sartén.
A las 5´30 carrera de sortija con premio al vencedor.
A las 6´30 solemne novena con sermón y procesión. Terminado este acto se procederá a la quema de fuegos artificiales.
A las 10 de la noche, Gran Verbena en las terrazas de «“El Lorito».
Todos estos actos serán amenizados por la orquesta Gómez.
Durante estos días habrá en los mesones el gran vino y la carne de «turre».


LA HACIENDA DE DON MIGUEL DE ABREU Y REXE Y LA ERMITA DE NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD


Otro de los grandes mayorazgos que incluían tierras de Velhoco fue el promovido por don Miguel de Abreu y Rexe[23], gobernador de armas de La Palma y Familiar del Santo Oficio (1633-1701), hijo de Miguel de Abreu[24], regidor y de Francisca Rexe Gorbalán.

Con anterioridad, la fundación de la ermita de Nuestra Señora de la Soledad había tenido lugar el 22 de enero de 1676 con licencia concedida el 24 de enero de ese mismo año por el Iltmo. Sr. don Bartolomé García Jiménez.
Sorprende —por lo inhabitual— el dilatado periodo que transcurrió hasta que la obra fue culminada. María Rexe, hija de Domingo Hernández «dedos pegados» y de María Rexe, que disfrutaba de una propiedad en Velhoco, en las inmediaciones de la ermita, decide establecer en su testamento de 1689[25] una capellanía de 20 misas en domingos y días festivos y «en el interin que no se fabricare dha hermita si llegare el casso de ser de servir antes la dha capellania se diran las misas en cualquier yglesia»[26]. La hacienda de don Miguel de Abreu «de viña y arboles con su casa sobradada y lagar»[27], libre de obligaciones y tributos, se hallaba situada en un lugar montuoso, en una encrucijada de caminos reales.
Concluida la obra del pequeño santuario se bendijo con la solemnidad acostumbrada el 2 de octubre de 1690, siendo dotado para su mantenimiento el 25 de junio de 1691 ante Andrés de Huerta, escribano público. En esta ocasión no se estipulaba una cantidad monetaria fija para sufragar los gastos de reparos y ornato sino que el fundador (y los sucesores del vínculo que pretendía fundar) hipotecaba la propia hacienda a este propósito.
Finalmente, el templo es visitado por el vicario general de la Isla, don Juan Bautista Poggio Monteverde el 2 de julio de 1691 con facultad para celebrar misa desde esa fecha[28].
Habiendo fallecido su hijo mayor, don Miguel Ventura Abreu y Rexe, sin sucesión, poco tiempo después, en 1694, el fundador establece un mayorazgo, con facultad Real que le había sido otorgada por el monarca Carlos II, dada en Madrid el 18 de septiembre de 1684[29]. En este instrumento se incluyen las casas principales en la ciudad:

«que fueron del capitan Francisco Rexe Corvalan familiar del Santo Oficio y Regidor que fue desta Ysla, y de Dª Beatris de Brito y Lugo, nuestros abuelos. Y yo el dho Maestre de Campo D. Miguel de Abreu Rexe las herede de los susodhos y por legado de dª Margarita Rexe de Brito y las que compre a Ines de Jesus, hija de Andres de Armas, escribano, que estan unidas en la calle de la Somada y cerca del tanquillo que llaman del Concejo y lindan por delante la dha calle que va al convento de San Francisco y por detrás la Marina, y por un lado casa de Julio Piñero y por el otro de Juº de Acosta mareante».

También forman parte de este vínculo la «hazienda de malvasia y vidueño y tierras de sembrar centeno en el pago de Breña baja con sus cassas y dos tanques y un lagar y parte de madera para otro que es viga y dornaxo y piedra de lagar», el oficio de regidor perpetuo heredado de su padre, una celda en el convento de Santa Águeda, el escudo heráldico de la familia, «Una escopeta que me dexo a mi el dho D. Miguel de Abreu mi Primo D. Phelipe rexe hecha en Madrid por Juan Velen armero de su magestad con el grano de oro y las miras de plata», «Dos pistolas barçelonesas granadas las caxas», y varias piezas de exquisito mobiliario.

Asimismo se incluyó en el mayorazgo:

«la hazienda que yo el dho maestre de campo Don Miguel de Abreu tengo en el pago de Belhoco donde hemos fabricado una hermita del titulo de nuestra señora de la soledad de que soy Patrono y linda la dha hazienda por arriba el monte y por un lado pomar de los herederos de Bartholome rodrigues el pajaro y el otro lado Camino real hasta llegar a la dha Hermita y hazienda del capitan Don Domingo Lorenço Monteverde que fue de doña maria Salgado queremos que el patronazgo sea de los subsesores de este Mayorazgo en condicion que todos nuestros descendientes legitimos de legitimo matrimonio puedan llevar asiento propio assi hombres como mugeres dexando al Patrono la primasia que le toca y a su muger en el lugar».

La ermita debió caer, con el paso del tiempo, en el más absoluto abandono y pocas noticias se pueden obtener de su discreta y efímera existencia. En la visita de 1718, el doctor don José de Tovar y Sotelo, deja constancia de que aún se encontraba en buen estado:

«en donde llaman Belhoco a distancia de (…) de medio quarto de legua â la parte opuesta, ây otra hermita de Nrâ Sra de la Soledad en hazienda del vinculo q fundo el Mrő de Campo Dn Miguel de Abreu, cuyo poseedor esta obligado a los ornamentos y reparos de q por aőra no tiene alguna neçesidad y esta deçente. Sirvese en ella una memoria de missas en las festividades de Nrâ Sra y esta cumplida»[30].

Pero sesenta años después, en la visita de 1778 efectuada por don Domingo Alfaro de Franchy, la ermita aparece como «enteramente arruinada» por lo que el administrador de la hacienda, don Nicolás Massieu Salgado, recibe el mandato —al parecer no ejecutado— de reedificarla.


NOTAS


[1] Durante los años 70 del siglo xx, la Patrulla Misión Rescate, dirigida por el párroco don Pedro Manuel Francisco de las Casas, desarrolló una magnífica labor de investigación, pionera en aquellos tiempos, rescatando documentos de Archivo, entre los que merecen citarse aquellos relativos a la fundación de las ermitas de San Vicente Ferrer y Nuestra Señora de la Soledad, ambas en Velhoco. Poco podría añadirse sobre aquellos magníficos trabajos que mostraban toda la ilusión con la que entonces fueron realizados, y la preocupación por el deterioro de los entornos. No obstante, nos parece oportuno aportar algunas notas sobre la evolución de la propiedad de las haciendas, al objeto de ofrecer un complemento y dibujar una visión más amplia de la realidad.
[2] Rumeu de Armas, Antonio. «Don Juan de Monteverde, capitán general de la isla de La Palma». El Museo Canario, nº 19 (1946), págs. 3-16.
[3] Hernández Martín, Luís Agustín. Protocolos de Domingo Pérez, escribano público de La Palma (1554-1556). Santa Cruz de La Palma, Caja General de Ahorros de Canarias, 2000, págs. 81-83.
[4] Descendiente de Baltasar de Espino El Viejo, conquistador (cfr. Fernández de Bethencourt, Francisco. Nobiliario de Canarias, tomo II. La Laguna: Juan Régulo editor, 1952-1967, pág. 499).
[5] A[rchivo] G[eneral de la] P[alma] / [Fondo] P[rotocolos] N[otariales]. Andrés de Chávez, 6 de octubre de 1640.
[6] Hijo de Diego Fierro Ponte, natural de Salas (Asturias) y de María Díez Muñoz, natural de Valdenebro (Soria) (cfr. AGP / PN Tomás González de Escobar, 15 de junio de 1648). Testamento de don Santiago Fierro Bustamante.
[7] Ibídem.
[8] Ibídem.
[9] AGP / PN. Pedro Dávila Marroquí, 1 de junio de 1680.
[10] Por compras diversas a propietarios colindantes logró reunir una gran hacienda en San José (Breña Baja) cuya casa principal, fue pasto de las llamas en abril de 2008.
[11] Fernández de Bethencourt, Francisco: op. cit., tomo ii, págs. 870-871.
[12] AGP / PN. Notaría de don Cristóbal García Carrillo, 3 de febrero de 1890.
[13] AGP / PN. Hecho el 6 de junio de 1691 y protocolizado ante Pedro de Mendoza Alvarado el 9 de diciembre de 1694.
[14] Los prometidos solicitaron al obispo se les dispensara de las habituales tres amonestaciones para que «no se nos perturbe y malogre el intento, como en efecto lo tenemos» (Cfr.Pérez García, Jaime. Santa Cruz de La Palma: recorrido histórico-social a través de su arquitectura doméstica. Santa Cruz de La Palma: [Cabildo de La Palma; Caja General de Ahorros de Canarias; Colegio de Arquitectos de Canarias], 2004, págs. 57-58).
[15] Para ampliar la historiografía del templo remitimos a los trabajos titulados «La ermita de San Vicente en Velhoco» de las Patrullas nº 10 y 27 de «Misión Rescate», publicados en la revista Ecos del Santuario, en 4 capítulos, entre enero y julio de 1981.
[16] Protocolizado ante el escribano Andrés de Huerta Perdomo el 3 de noviembre de 1748.
[17] Pérez Morera, Jesús; Ortega Abraham, Luis y Lozano Van de Walle, Jorge. Magna Palmensis: retrato de una ciudad. Santa Cruz de La Palma: Caja General de Ahorros de Canarias, 2000, pág. 191.
[18] Ibídem.
[19] Calero Ruiz, Clementina: Escultura barroca en Canarias (1600-1759). Santa Cruz de Tenerife: Cabildo de Tenerife, págs. 274-279.
[20] Patrulla de Misión Rescate nº 10 de la Asociación Juvenil de Las Nieves: «La ermita de San Vicente Ferrer en Velhoco. Fundación en el siglo XVIII del sargento mayor don Francisco Ignacio Fierro y Monteverde», en Diario de Avisos, 24, 25 y 26 de abril de 1974.
[21] Ecos del Santuario (mayo-junio de 1981), pág. 7.
[22] «Fiesta de San Vicente Ferrer». Diario de Avisos, 27 de agosto de 1955.
[23] Falleció en Santa Cruz de La Palma el 15 de julio de 1701 en su domicilio de la calle Real del Tanquillo del Concejo. (Archivo Parroquial de El Salvador. Libro 4º entierros, fol. 283).
[24] Hijo de Matías de Abreu y Juana Hernández, vecinos de Los Sauces. Hizo algunos viajes a La Habana, tanto como capitán como maestre (cfr. Cioranescu, Alejandro. Diccionario biográfico de canarios-americanos. Tomo i. Santa Cruz de Tenerife: Caja General de Ahorros de Canarias, 1992, pág. 8).
[25] AGP / PN. Andrés de Huerta, 17 de marzo de 1689.
[26] Nombró primer capellán a Miguel Álvarez, clérigo de menores órdenes, y primer patrón a don Miguel Ventura de Abreu y Rexe, hijo de don Miguel de Abreu Rexe, y en su falta a doña Francisca de Abreu Rexe, mujer de don Pedro Salazar y Frías.
[27] AGP / PN, Andrés de Huerta, 25 de junio de 1691.
[28] Patrulla de Misión Rescate nº 10 de la Asociación Juvenil de Las Nieves: «Datos inéditos sobre cinco ermitas y cinco oratorios en Velhoco, la Dehesa y Mirca». En Diario de Avisos, 6 de diciembre de 1673.
[29] Pérez García, Jaime. Fastos biográficos de la Palma. Tomo ii. [Santa Cruz de La Palma]: Caja General de Ahorros de Canarias, 1990, págs. 8-9.
[30] Archivo Histórico Diocesano de La Palmas, Visita de don José de Tovar y Sotelo a la Palma, año de 1718.

1 comentario:

Paula Vientonorte dijo...

Hola, estoy buscando información sobre la historia de La Palma y sus condiciones económicas y de la vida de los palmeros desde los años 20 hasta la guerra civil (la etapa previa). Podrías sugerirme alguna bibliografía? Muchas gracias.